Al ser una práctica tanto física como espiritual, la yoga tiene la poderosa habilidad de liberar nuestros sentimientos, incluso aquellos que no sabemos que tenemos. Lo más curioso es que llorar durante la práctica de yoga no es para nada extraño, de hecho muchos instructores explican que las lágrimas suelen liberarse durante la práctica de yoga debido a la memoria física de nuestros cuerpos que el yoga suele despertar. La pregunta realmente es, ¿cómo?
Memoria corporal
Nuestros cuerpos sienten y recuerdan mucho más de lo que creemos. La vida diaria puede ser una fuente constante de tensión mental y emocional y esas experiencias suelen permanecer en nuestros cuerpos. Al practicar yoga, voluntariamente nos detenemos, respiramos y practicamos la intencionalidad, dándole tiempo a nuestros cuerpos y la oportunidad de liberar todo aquello que se acumula durante el día a día. Las asanas del yoga, además, nos ayudan a pasar del sistema nervioso simpático al parasimpático (el encargado de la calma y la reflexión).
En este estado de relajación, de acuerdo con la teoría, es posible soltar la tensión física y mental acumulada. Con el yoga “los estudiantes logran acceder a sus emociones almacenadas en un nivel sutil únicamente posible de alcanzar en una clase de yoga cuando tanto mente como cuerpo están relajados”, nos cuenta Ellen Mosko, una experimentada instructora de yoga.
¿Qué dice la ciencia?
La psicología y psiquiatría también apoyan la teoría de que las emociones se almacenan en el cuerpo. En sus 30 años de investigación en neurociencias y la respuesta del cuerpo ante el trauma, el psiquiatra Bessel van der Kolk llegó a la conclusión de que todas las emociones reprimidas eventualmente se manifestarán como síntomas físicos, provocando sensaciones de malestar, dolor y tensión.
Pero, Bessel fue un paso más allá y pensó que, si lo mental se podía volver físico, entonces lo físico también podría ser mental. Bessel tuvo la idea de utilizar ciertos ejercicios físicos, como yoga, y técnicas de breathwork para tratar las cicatrices emocionales de sus pacientes. En la práctica, sus resultados fueron prometedores.
Entonces, ¿cómo funciona?
Aún recientemente, no quedan del todo claros los motivos por los que el yoga puede liberar una respuesta emocional tan fuerte, lo que sí queda claro es que la respiración juega un rol fundamental en nuestra capacidad de sentir. Los investigadores coinciden en que, al tomar control de nuestra respiración, permitimos a nuestra naturaleza más pura emerger, con lo cual somos capaces de ser más intuitivos. Aquí es donde el llanto entra en juego: “solemos creer que el llanto es un problema a solucionar; en realidad, simplemente es parte de nuestro código genético y un desahogo necesario”, dice Max Strom, autor y experimentado instructor de breathwork.
En la práctica diaria, no obstante, puede resultar complicado para un instructor de yoga descifrar exactamente por qué motivos alguien libera lágrimas. No obstante, precisamente por este motivo, muchos instructores actuales se han enfocado en hacer del estudio un lugar seguro, en el que todas las emociones son bienvenidas. Motivar a tus estudiantes a sentirse libres de dejar a su cuerpo reaccionar de manera intuitiva, es clave para lograr un proceso sostenible.
Por otro lado, para quienes practican yoga, puede ser complicado lidiar con estas emociones. Muchos de ellos pueden sentirse vulnerables, ya que no estamos acostumbrados a mostrar nuestras emociones de manera tan abierta. Lo más importante, no obstante, es ser compasivos con nosotros mismos y los demás y entender que cada emoción es parte de nuestro proceso.
¿Qué debo hacer si salen lágrimas durante la clase de yoga?
Sé curioso: observa las emociones que estás sintiendo y busca identificarlas.
Sé compasivo. Dale espacio a tus emociones y no te resistas, tampoco las juzgues, esto podría ayudarte a procesarlas.
Sé valiente. La valentía proviene de reconocer nuestras propias vulnerabilidades y permitirte vivirlas.